Hola, Hola, Hola.Soy Laura Garcia castillo reportera de la revista cococervantessoloalumnos.
Esto que voy ha escribir ahora es para todo los trabajadores/as.
FELIZ DIA DEL TRABAJADOR.
Que os lo paseis muy bien.
adiosssss Laura García Castillo os dice adiooos.
martes, 1 de mayo de 2012
Historia de miedo de Laura García Castillo.
Mi historia de miedo.
Hace mucho tiempo, era la noche de Halloween y unos amigos y yo, queríamos
hacer algo guay para celebrarlo, así que decidimos hacer una sesión de ouija en
el parque.
Llegamos al parque a medianoche, nos fuimos a un rincón oscuro, colocamos el tablero y empezamos la sesión. Al principio, no pasó nada, hasta que de pronto el vaso empezó a moverse de un lado a otro y de pronto escribió un nombre: Amanda.
Nosotros estábamos un poco asustados, pero decidimos seguir a ver si averiguábamos quien era la tal Amanda. Entonces, uno de mis amigos que no se creía nada dijo: Si de verdad estas ahí, danos una señal.
Al principio no pasó nada y los tres nos quedamos callados, escuchando y mirando a nuestro alrededor. De pronto de entre unos matorrales, salió un gato negro con los ojos brillantes y se nos quedó mirando. Mis amigos y yo empezamos a tirarle piedras y a intentar asustarlo, pero el gato no se movió.
Estuvo enfrente de nosotros y mirándonos por lo menos media hora y luego se fue. Nosotros nos quedamos donde estábamos muy asustados y si entender nada y luego decidimos volver a casa. De esto hace ya seis años, pero todavía lo recuerdo como si fuera ayer y desde aquella noche, me dan miedo los gatos negros y no he vuelto a tocar un tablero de ouija.
Llegamos al parque a medianoche, nos fuimos a un rincón oscuro, colocamos el tablero y empezamos la sesión. Al principio, no pasó nada, hasta que de pronto el vaso empezó a moverse de un lado a otro y de pronto escribió un nombre: Amanda.
Nosotros estábamos un poco asustados, pero decidimos seguir a ver si averiguábamos quien era la tal Amanda. Entonces, uno de mis amigos que no se creía nada dijo: Si de verdad estas ahí, danos una señal.
Al principio no pasó nada y los tres nos quedamos callados, escuchando y mirando a nuestro alrededor. De pronto de entre unos matorrales, salió un gato negro con los ojos brillantes y se nos quedó mirando. Mis amigos y yo empezamos a tirarle piedras y a intentar asustarlo, pero el gato no se movió.
Estuvo enfrente de nosotros y mirándonos por lo menos media hora y luego se fue. Nosotros nos quedamos donde estábamos muy asustados y si entender nada y luego decidimos volver a casa. De esto hace ya seis años, pero todavía lo recuerdo como si fuera ayer y desde aquella noche, me dan miedo los gatos negros y no he vuelto a tocar un tablero de ouija.
Laura
García Castillo.
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